El 13 de marzo de 2021, un sábado que parecía normal, Rebecca sufrió un grave accidente mientras esquiaba en Stratton Mountain, Vermont. La encontraron inconsciente en el bosque, sin pulso y necesitó reanimación cardiopulmonar en repetidas ocasiones. Rebecca fue trasladada en helicóptero al Dartmouth Hitchcock Medical Center, un centro de traumatología de nivel I en New Hampshire.
La familia de Rebecca, incluyendo a sus padres Scott y Audrey, y su hermano Erik, vivieron momentos de angustia al recibir la terrible noticia. Inmediatamente se pusieron en camino hacia New Hampshire, llenos de preocupación y orando por la vida de Rebecca. El viaje de 5 horas al hospital fue el período más difícil de sus vidas.
En Dartmouth Hitchcock, Rebecca fue diagnosticada con una fractura de cuello grave en una posición muy alta. No podía respirar por sí misma y necesitó un respirador. Los médicos realizaron una resonancia magnética de emergencia y determinaron que necesitaba cirugía para estabilizar su columna vertebral. A pesar de la gravedad de la situación, ocurrió algo milagroso: los resultados de la resonancia magnética cerebral, el examen neurológico y la cognición de Rebecca fueron normales.
En los días siguientes, la familia de Rebecca permaneció a su lado en el hospital. Fueron testigos de la dedicación y profesionalismo del equipo médico en Dartmouth Hitchcock. Este centro médico no solo está equipado con tecnología moderna, sino que también cuenta con un equipo de expertos líderes en traumatología. El hecho de que Rebecca fuera llevada allí fue uno de los factores cruciales que contribuyeron a su supervivencia.
La supervivencia de Rebecca tras el accidente se considera un milagro. La suerte estuvo de su lado cuando el mejor equipo de médicos estuvo presente en Stratton ese día. Además, la disponibilidad de un helicóptero para trasladarla a un centro de traumatología de nivel I también fue un milagro.
Después de más de dos semanas de tratamiento en Dartmouth Hitchcock, Rebecca se estabilizó gradualmente. La familia está haciendo esfuerzos para que la trasladen a un centro de rehabilitación en Boston. La historia de Rebecca es un testimonio del poder del amor familiar, la dedicación del equipo médico y la fe en los milagros de la vida. Aunque el artículo no menciona a Paige Cooks ni a la hermana de un jugador de softbol, la historia de Rebecca sigue siendo inspiradora y significativa. Esperamos que Rebecca se recupere pronto y vuelva a su vida normal.