El cráneo está formado por muchos huesos, incluyendo 8 huesos craneales y 14 huesos faciales. Estos huesos se unen para formar una cavidad ósea sólida que protege y soporta el cerebro. Las uniones entre los huesos se llaman suturas.
Al nacer, los huesos del cráneo del bebé no están completamente fusionados. Esto permite que la cabeza del bebé cambie de forma para facilitar el paso por el canal de parto. Con el tiempo, las suturas se mineralizan y se endurecen, ayudando a que los huesos del cráneo se unan firmemente.
En los bebés, los espacios donde se unen dos o más suturas forman un “punto blando” cubierto por una membrana, llamado fontanela. La fontanela permite que el cerebro y el cráneo crezcan durante el primer año de vida del bebé.
Normalmente, hay varias fontanelas en el cráneo de un bebé. Se encuentran principalmente en la parte superior de la cabeza, en la parte posterior y a los lados de la cabeza. Al igual que las suturas, las fontanelas se endurecen gradualmente con el tiempo y se convierten en áreas óseas sólidas. La fontanela posterior generalmente se cierra cuando el bebé tiene entre 1 y 2 meses de edad. La fontanela anterior generalmente se cierra entre los 7 y 19 meses de edad.
Al tacto, la fontanela del bebé debe sentirse firme y ligeramente hundida. La fontanela abultada ocurre cuando se acumula líquido en el cerebro o cuando el cerebro se inflama, causando un aumento de la presión dentro del cráneo. La fontanela abultada es una señal que debe ser vigilada y examinada por un médico.
Cuando el bebé llora, se acuesta boca abajo o vomita, la fontanela puede parecer que se hincha. Sin embargo, volverá a la normalidad cuando el bebé esté tranquilo y con la cabeza erguida. Algunas condiciones médicas pueden causar fontanela abultada en los bebés, incluyendo meningitis, hidrocefalia y hemorragia cerebral. El diagnóstico y tratamiento oportunos son muy importantes para prevenir complicaciones peligrosas.