Poder blando: ¿Una herramienta de política exterior?

febrero 12, 2025

El poder blando es la capacidad de influir en el comportamiento de otros países a través del atractivo de la cultura, los valores políticos y la política exterior. Se diferencia del poder duro, que se basa en la coerción militar o económica. Entonces, ¿es el poder blando una forma de política exterior?

Arabia Saudita ha utilizado su custodia de los lugares de nacimiento del Islam para difundir su interpretación del Islam sunita y generar buena voluntad de otras naciones musulmanas. Por ejemplo, el reino estableció el Ministerio de Asuntos Islámicos, Dawah y Orientación. Este programa construye mezquitas, distribuye copias del Corán y ubica agregados religiosos sauditas en todo el mundo.

La familia real saudita también vincula explícitamente su posición como custodios del Islam con su derecho a gobernar el reino para reforzar las credenciales de la monarquía. Por ejemplo, el rey Salman bin Abdulaziz Al Saud utiliza el título honorífico "Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas" en referencia a los dos sitios sagrados en las ciudades sauditas de La Meca y Medina.

En medio de la crisis de COVID-19, varias naciones aprovecharon la oportunidad para construir poder blando, mejorar su prestigio internacional y atraer a otras naciones a su órbita a través de la práctica de la diplomacia de vacunas.

India fue una de ellas. La nación alberga la fábrica de vacunas COVID-19 más grande de la tierra y, con esa ventaja de producción junto con otras, produjo, donó y suministró millones de vacunas en el extranjero.

India fue estratégica con su diplomacia de vacunas, dando prioridad a los países vecinos como Nepal y Bangladesh. Los expertos sugieren que ese enfoque ayudó a la India a consolidar la influencia regional y sirvió para contrarrestar las incursiones de China. Esto se produjo en un contexto de esfuerzos de China por aumentar el compromiso político y económico en el sur de Asia en las últimas décadas.

El poder blando, como todas las herramientas de política exterior, tiene sus limitaciones y no debe considerarse el único mecanismo a través del cual las naciones promueven sus intereses nacionales. En primer lugar, los expertos argumentan que el poder blando no puede sustituir al poder duro.

El poder blando también encuentra resistencia en países donde el gobierno no responde ante sus ciudadanos. Por ejemplo, una película de Hollywood se vuelve inmensamente popular en una nación en particular, aumentando la reputación de Estados Unidos entre el público. Si un dictador gobierna esa nación, la opinión pública puede hacer poco para influir en la voluntad del gobierno de cooperar con Estados Unidos. Además, un gobierno autoritario puede simplemente reducir la influencia del poder blando externo prohibiendo películas, restringiendo los viajes y censurando el contenido en línea.

Sin embargo, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que los esfuerzos para mejorar el poder blando valen en gran medida la pena. Además, cuando las naciones utilizan el poder blando en combinación con otras herramientas de política exterior, puede promover significativamente los intereses nacionales.

Ese consenso ha contribuido a lo que hoy se conoce como poder inteligente, que se refiere al uso exitoso tanto del poder duro como del poder blando en la búsqueda de objetivos de política exterior. Como toda política exterior, la parte difícil es determinar cuántas de cada herramienta implementar en una situación determinada. El politólogo Joseph Nye Jr. acuñó el término poder inteligente. Resumió el concepto al escribir sobre el viejo debate sobre si es mejor ser temido o amado. "En el mundo actual", escribió Nye, "es mejor ser ambas cosas".

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