La disfagia es una condición que causa dificultad para tragar alimentos o líquidos. La dieta blanda para disfagia está diseñada para personas con esta condición, facilitando la masticación y el movimiento de los alimentos en la boca, reduciendo el riesgo de que alimentos y líquidos entren en las vías respiratorias. Los alimentos en esta dieta tienen una textura suave, húmeda y fácil de tragar. Consumir alimentos no recomendados puede aumentar el riesgo de problemas para tragar, llevando a que la comida se vaya a la tráquea en lugar del esófago. Esto no solo dificulta la absorción de nutrientes, sino que también puede causar infecciones respiratorias como la neumonía.
Las personas que necesitan una dieta blanda incluyen:
- Pacientes con accidente cerebrovascular (ACV): Un ACV puede afectar los músculos que controlan la deglución.
- Personas con enfermedad de Parkinson: La enfermedad de Parkinson causa problemas de movimiento, incluyendo la deglución.
- Pacientes con cáncer de cabeza y cuello: El cáncer y los tratamientos como la radioterapia pueden causar dificultad para tragar.
- Adultos mayores: El proceso de envejecimiento puede debilitar los músculos de la deglución.
- Niños con defectos congénitos: Algunos defectos congénitos pueden afectar la capacidad de tragar de los niños.
- Personas con lesiones en la cabeza y el cuello: Las lesiones pueden dañar los músculos y nervios relacionados con la deglución.
Alimentos recomendados en una dieta blanda:
Bebidas: Se deben usar bebidas con la consistencia recomendada por el médico o terapeuta del habla y el lenguaje, que puede ser líquida, espesa como miel o espesa como yogur.
Almidones, pan y cereales: Panqueques, tostadas francesas humedecidas con almíbar; papas hervidas, asadas, puré de papas; avena; cereal frío humedecido con leche; pasta blanda con salsa de carne. Se deben evitar alimentos como papas fritas, pan seco y duro, cereales con nueces o frutas secas.
Carnes y sustitutos de la carne: Carne molida, aves o pescado preparados blandos, acompañados de salsa de carne o jugo de carne; huevos pasados por agua, huevos revueltos; frijoles bien cocidos y machacados; tofu; ensalada de atún o huevo (sin trozos grandes, apio o cebolla). Evitar carnes secas y duras como tocino, salchichas, sándwiches, mantequilla de maní.
Frutas y verduras: Plátanos maduros blandos, frutas enlatadas blandas, sin piel ni semillas; verduras cocidas blandas, cortadas en trozos de menos de 1.5 cm. Evitar frutas y verduras crudas, piña fresca, enlatada o cocida, maíz, guisantes, brócoli, repollo.
Postres: Pudín, natillas, puré de manzana; gelatina, helado, sorbete; pastel sin nueces, con base de pastel blanda. Se deben evitar pasteles secos y duros, pudín de arroz o de pan, caramelos duros.
Para asegurar una nutrición adecuada para el paciente, se debe tener en cuenta:
- Comer una variedad de alimentos de diferentes grupos alimenticios.
- Suplementar con bebidas nutricionales líquidas si es necesario, especialmente aquellas con alto contenido calórico y proteico.
- Dividir las comidas, comiendo porciones pequeñas varias veces al día.
- Añadir salsa o jugo de carne a la comida para aumentar la humedad y el sabor.
- Servir la comida caliente cuando esté caliente y la comida fría cuando esté fría para evitar la contaminación bacteriana.
Consulte a un médico o terapeuta del habla y el lenguaje para obtener asesoramiento específico sobre la dieta adecuada para la condición de salud del paciente.