Soluciones Digitales para el Estreñimiento en Adultos Mayores

febrero 13, 2025

El estreñimiento crónico es un problema común en los adultos mayores, especialmente en aquellos que viven en residencias de ancianos. El estreñimiento funcional se diagnostica utilizando los criterios de Roma III, que lo definen como la dificultad para defecar, las deposiciones infrecuentes o ambas. La dificultad para defecar se define como dos o más de los siguientes síntomas que ocurren al menos el 25% de las veces: esfuerzo, heces duras o caprinas, sensación de evacuación incompleta, sensación de obstrucción anorrectal o necesidad de manipulación manual para facilitar la defecación. Las deposiciones infrecuentes se definen como menos de tres deposiciones por semana. Además, algunos pacientes (que no cumplen los criterios del síndrome del intestino irritable) pueden tener heces blandas infrecuentes, requiriendo el uso de laxantes.

Aproximadamente la mitad de las personas que viven en residencias de ancianos sufren de estreñimiento crónico y entre el 56% y el 75% de ellos usan laxantes o ablandadores de heces de forma regular, aunque la eficacia clínica de estos fármacos es controvertida. La microbiota intestinal es un ecosistema complejo que comprende cientos de especies de microorganismos diferentes, predominantemente especies bacterianas. Algunas de estas bacterias son beneficiosas para la salud humana al fermentar los restos de comida, producir ácidos grasos de cadena corta, modular el sistema inmunitario y proporcionar una barrera protectora contra las bacterias patógenas.

En adultos, la composición de la microbiota intestinal puede verse alterada por varios factores externos como la nutrición, el medio ambiente, el tratamiento con antibióticos y otros fármacos, el estrés, el envejecimiento y las alteraciones genéticas. Sin embargo, el envejecimiento se considera un factor clave en todas estas alteraciones y también puede modificar la actividad bioquímica de este complejo micromedio ambiente. Otros cambios que se producen durante el envejecimiento también pueden actuar sinérgicamente con las alteraciones de la microbiota intestinal, dando lugar a inmunosenescencia, deterioro de la salud general y desnutrición.

El uso de microorganismos beneficiosos (denominados probióticos) o prebióticos (ingredientes alimentarios no digeribles que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, confieren selectivamente un estímulo al crecimiento y/o actividad de una o un número limitado de bacterias residentes en el colon) es un método prometedor para tratar varios trastornos gastrointestinales y puede tener muchos efectos beneficiosos para el organismo además del tratamiento del estreñimiento. La Organización Mundial de la Salud define actualmente los probióticos como microorganismos vivos y levaduras que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped. Los probióticos pueden clasificarse en cuatro categorías: productos lácteos fermentados con cepas probióticas con beneficios demostrados, productos no lácteos fermentados con cepas probióticas, productos no fermentados suplementados con cepas probióticas y suplementos que contienen cepas probióticas.

Una de las alteraciones intestinales que se encuentran en muchos pacientes de edad avanzada es el estreñimiento, con una prevalencia estimada en torno al 5-27%, dependiendo de los criterios clínicos utilizados para definir el estreñimiento y de las características de la población. Una gran parte de la población de los países occidentales sufre estreñimiento crónico; además, la prevalencia de estreñimiento aumenta aún más en los ancianos que viven en residencias de ancianos. Las causas incluyen múltiples comorbilidades, polifarmacia, actividad física reducida o nula, dieta deficiente en nutrientes y deshidratación. Las principales consecuencias del estreñimiento en estos pacientes son la incontinencia fecal, la impactación fecal (asociada a mortalidad en casos graves), la retención urinaria (que aumenta la susceptibilidad a las infecciones), las hemorroides, las fisuras anales, el prolapso rectal y las alteraciones cardiovasculares.

Algunos estudios informan que el uso de probióticos puede mejorar el estreñimiento en personas normales al aumentar el tránsito colónico, la frecuencia de las deposiciones y la consistencia de las heces. Sin embargo, su eficacia es controvertida porque algunos estudios sólo informan de efectos muy pequeños y, lo que es más importante, hasta ahora los efectos del uso de probióticos en personas mayores no se han investigado específicamente. Por lo tanto, para recomendar cualquier nueva intervención en el tratamiento del estreñimiento, es necesario un enfoque sistemático para revisar la evidencia científica actual y analizar, aclarando si el uso de probióticos es eficaz en adultos mayores con estreñimiento. Esto es importante porque el estreñimiento es un problema de salud muy destacado y común en los adultos mayores y puede causar muchas consecuencias adversas para la salud si no se trata adecuadamente.

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