Esta receta de pretzels blandos te guía paso a paso para hacer pretzels tradicionales con una corteza marrón oscura y un delicioso sabor masticable. El secreto está en usar una solución de lejía, un ingrediente crucial que ayuda a crear el color y la textura perfecta para los pretzels.
Los ingredientes que necesitas para hacer pretzels caseros incluyen levadura seca activa, sirope de malta, harina para todo uso, sal marina fina para la masa, sal gruesa para espolvorear los pretzels antes de hornear, y lejía de grado alimenticio. El sirope de malta le da a los pretzels un sabor rico y ligeramente agridulce característico. Si no encuentras sirope de malta, puedes sustituirlo por azúcar moreno. La sal gruesa creará una corteza salada atractiva, si no tienes puedes usar sal marina gruesa.
Puedes amasar la masa con una batidora de pie o a mano. La masa de pretzel es bastante dura y densa, así que si usas una batidora de pie, elige una con alta potencia. Si amasas a mano, necesitarás usar más fuerza y te llevará un poco más de tiempo.
El secreto para obtener pretzels perfectos es la lejía. La lejía tiene un pH de alrededor de 13, mucho más alto que el bicarbonato de sodio (pH de alrededor de 8). Esta alta alcalinidad acelera la reacción de Maillard, creando el color marrón dorado oscuro y la corteza exterior crujiente característica de los pretzels.
Sin embargo, si no quieres usar lejía, puedes sustituirla por una solución de bicarbonato de sodio. Pero ten en cuenta que los pretzels hechos con bicarbonato de sodio tendrán un color más claro y una textura menos masticable.
La lejía es una sustancia cáustica, por lo que debes tener cuidado al usarla. Siempre añade la lejía al agua, nunca al revés para evitar salpicaduras. Usa utensilios de plástico resistente al calor o vidrio para mezclar la solución de lejía, nunca uses metal. Si la lejía entra en contacto con la piel, enjuaga inmediatamente bajo un chorro de agua durante varios minutos.
Para preparar la solución de lejía, espolvorea la lejía en el agua en un área bien ventilada, removiendo hasta que se disuelva por completo. Sumerge los pretzels ya formados en la solución de lejía durante unos 30 segundos, luego retíralos para que se escurran y colócalos en una bandeja para hornear forrada con papel de hornear.
Si no usas lejía, puedes hervir una mezcla de 2/3 de taza de bicarbonato de sodio con 10 tazas de agua. Sumerge los pretzels en esta solución durante unos 45 segundos a 1 minuto.
Hay muchas formas de dar forma a los pretzels. Puedes hacer pretzels tradicionales o pretzels estilo americano con un color más claro y una textura más suave y esponjosa. Si prefieres los pretzels estilo americano, usa una solución de bicarbonato de sodio en lugar de lejía y deja que la masa repose durante unos 30 minutos antes de sumergirlos en la solución y hornearlos.
Para hacer pretzels redondos, después de dividir la masa en 10 porciones iguales, forma bolas con cada porción y hornéalas como se indica.
Los pretzels saben mejor cuando se sirven con salsa de queso y cerveza o mostaza. También puedes cortar los pretzels, volver a hornearlos y untarlos con crema de queso.
Guarda los pretzels en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta 2 días. Para recalentarlos, hornea los pretzels en un horno tostador a 175°C durante unos minutos. También puedes congelar los pretzels en un recipiente hermético por hasta 2 meses.