Después de una amigdalectomía, el dolor de garganta es el síntoma más común, a veces tan intenso que dificulta comer y beber. Además de tomar analgésicos según las indicaciones de su médico, elegir los alimentos y bebidas adecuados puede ayudar a aliviar el dolor y acelerar la recuperación. Preparar algunos alimentos esenciales en el refrigerador antes de la cirugía es una buena idea.
Debe limitar los productos lácteos, especialmente si tiene náuseas o vómitos (efectos secundarios de la anestesia y los analgésicos), ya que la leche puede empeorar las molestias estomacales. Puede reemplazar el helado cremoso con sorbete, paletas de helado de frutas o granizado de frutas. Sin embargo, si no tiene náuseas ni vómitos, algunos estudios demuestran que comer helado puede ayudar a aliviar el dolor después de una amigdalectomía.
Evite los alimentos y bebidas con alto contenido de ácido cítrico, como los cítricos, el jugo de tomate y la limonada, ya que pueden causar irritación y ardor. Evite los alimentos demasiado calientes y no trague bebidas o sopas calientes. Priorice los alimentos blandos y evite los que tengan bordes duros o afilados que puedan rayar e irritar la garganta adolorida. Los alimentos y bebidas fríos ayudarán a reducir la hinchazón y el dolor.
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Durante los primeros días después de la cirugía, debe comer o beber cosas frías, principalmente en forma líquida. Durante las dos semanas posteriores a la cirugía, elija alimentos blandos y evite los alimentos duros, afilados, picantes o calientes. Algunos de los alimentos recomendados durante los primeros días incluyen: jugo de manzana o uva blanca, batidos, café negro o té tibio, sopa o caldo tibio y ligero (sin trozos), avena o crema de trigo, puré de manzana u otras frutas trituradas, gelatina, pudín o natillas, plátanos, helado (si los lácteos no le molestan el estómago), paletas de helado.
Debe evitar: jugo de tomate, limonada, bebidas o sopas muy calientes, verduras crudas, manzanas crudas o cítricos, tomates y productos de tomate, alimentos picantes, galletas saladas y papas fritas, productos lácteos si tiene náuseas y vómitos debido a la anestesia.
Mantenerse hidratado es muy importante después de la cirugía, especialmente durante las primeras 72 horas. Durante este tiempo, las primeras cosas que coma o beba deben ser más líquidas que sólidas. La hidratación ayuda a mantener la piel hidratada, lo cual es importante para la curación de heridas y el alivio del dolor. Las bebidas frías (como jugo de manzana, hielo picado y batidos) pueden hacerle sentir más cómodo porque enfrían la garganta irritada. Las bebidas calientes como el té o el café, por otro lado, pueden brindar una sensación reconfortante después de la cirugía.
Los cirujanos a menudo recomiendan no usar líquidos calientes porque pueden empeorar el dolor. Además, el calor puede provocar vasodilatación (ensanchamiento de los vasos sanguíneos), lo que puede provocar sangrado. Puede ser difícil beber suficientes líquidos cuando no quiere tragar debido al dolor de garganta. Por lo tanto, intente tomar pequeños sorbos de bebidas frías o chupar trozos de hielo durante todo el día para ayudar a prevenir la deshidratación. La deshidratación es una razón común por la que los pacientes deben acudir a urgencias después de la cirugía. Sin embargo, aumentar la ingesta de líquidos puede reducir el riesgo de hospitalización adicional. Llame a su proveedor de atención médica si tiene signos de deshidratación, como disminución de la orina, ojos secos o boca o nariz seca o agrietada.
Después de los primeros días después de la amigdalectomía y a medida que el dolor disminuye, puede agregar más alimentos blandos, como: frutas enlatadas y frutas frescas blandas como melón y plátanos; alimentos ricos en almidón: pan suave (sin semillas ni nueces), avena, crema de trigo, panecillos suaves, galletas, panqueques, tostadas francesas, waffles y arroz blanco; carne y proteínas: huevos, requesón, tofu, carne molida o picada, pollo y pescado; verduras: verduras enlatadas o verduras frescas blandas y bien cocidas, como zanahorias, guisantes, calabaza y papas o batatas horneadas o en puré sin cáscara; sopas y pastas: sopas, guisos, espagueti o fideos con queso.
El tiempo para comer alimentos blandos después de una amigdalectomía suele ser de dos semanas para los niños y tres semanas para los adultos. Siempre consulte a su médico sobre el momento específico. Cuando comience a comer alimentos normales nuevamente, evite los alimentos duros y ásperos que puedan dañar la garganta.